domingo, 7 de diciembre de 2008

CARTA DE OTAWA

La Carta de Ottawa puso de relieve el hecho de que la acción de promoción de la salud va más allá del sector salud, y que la salud debe figurar en la agenda política de todos los sectores y todos los niveles del gobierno. La introducción de la salud como un hecho relevante en la agenda política, cuyas consecuencias deben ser consideradas en la toma de decisiones de todos los sectores, constituye un eje fundamental para la promoción de la salud.

Además de decir que la salud no es un fin sino un medio, la Carta de Ottawa considera que la participación de la comunidad es esencial para sostener la acción en materia de promoción de la salud. En este contexto, los criterios que guían a los municipios saludables contienen y expresan con integralidad las acciones prioritarias de promoción de la salud expresadas en la Carta de Ottawa, así como las acciones señaladas y priorizadas en las Cartas y Declaraciones producidas en las Conferencias sobre Promoción de la Salud, realizadas posteriormente.
Para muchos, la promoción de la salud es un campo de acción profesional que exige a la vez el apoyo de la población, pero al mismo tiempo se observa la tendencia a tratar de incorporarla como movimiento social. Quienes temen que esta postura dicotómica impida cualquier avance teórico y práctico proponen un enfoque moderado que dé cabida simultánea al determinismo social y al conductismo individual, posición que abre paso a una relación dialéctica entre los dos extremos, con la mediación de las organizaciones sociales.

La nueva promoción de la salud, que también se conoce por “promoción de la salud comunitaria”, encierra nuevos conceptos, tiene su propia terminología y requiere un conjunto especial de habilidades y destrezas. De ella ha nacido un movimiento social que cuestiona muchas de las premisas de antaño y que aboga por una estrategia cuádruple: ampliar la definición y el concepto de la salud para abarcar los aspectos económicos y sociales que la determinan; ir más allá del énfasis inicial en los estilos de vida saludables y centrar la atención en los fenómenos sociales y
políticos a fin de diseñar estrategias de mayor alcance; incorporar el concepto de capacidad de decisión individual y colectiva, fomentando la participación de la comunidad.

Numerosos son los retos que se avecinan en las próximas décadas. En el campo de la promoción de la salud, las posibilidades de éxito dependerán, por un lado, del apoyo brindado por la sociedad y las autoridades sanitarias a ciertas tareas críticas, y por otro de la capacidad de aunar los esfuerzos de los profesionales, técnicos y trabajadores de todas las disciplinas sociales y de la salud, y particularmente de los miembros de la comunidad.
LIC. LOYRI GISSELA CONTRERAS BARDALEZ
INTEGRANTE DEL EQUIPO TECNICO DE LA DIRECCION EJECUTIVA DE PROMOCION DE LA SALUD
GERENCIA REGIONAL DE SALUD LA LIBERTAD